viernes, 13 de abril de 2007

DOS ESCENARIOS

Por Juan Gelman
Fuente Diario Pagina/12

En el de adelante, el público, el notorio, la Casa Blanca amenaza a Teherán
con una guerra si no interrumpe su programa nuclear, presiona a las Naciones
Unidas para que incremente las sanciones contra Irán, el Pentágono ha
elaborado un plan que incluye el bombardeo con artefactos nucleares de unos
10.000 blancos predeterminados en territorio iraní y el Arab Times kuwaití
insiste en que ese ataque se producirá antes de fin de abril. En el
escenario de atrás, el oscuro, el encubierto, las acciones armadas contra
Irán ya comenzaron: militares norteamericanos y británicos entrenan y
proporcionan armamento y financiación a grupos separatistas alguna vez
declarados oficialmente terroristas por el gobierno de EE.UU. Ya no.

Este método no es nuevo: tuvo éxito en Nicaragua y Afganistán. También en
Yugoslavia, donde el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) no contaba con
más de 300 miembros cuando el dúo Bush/Blair decidió utilizarlo para
convertir a Kosovo en una provincia ingobernable. El ELK devino entonces un
verdadero ejército que creó el caos y construyó el pretexto para que la OTAN
bombardeara a Yugoslavia. Esta técnica de desestabilización de un país tiene
sus ventajas: la mano de obra es extranjera, cuesta mucho menos que una
guerra y -al menos al comienzo- pasa desapercibida ante la opinión pública
local e internacional. Es decididamente cost-effective.

Del presupuesto secreto de la CIA sale la financiación de los grupos armados
separatistas que operan en Irán. Fred Burton, un ex agente antiterrorista
del Departamento de Estado, señaló que esos fondos se emplean para
entrenarlos y abastecerlos a fin de "desestabilizar al régimen iraní"
(Sunday Telegraph, 25-2-07). El más fuerte y conocido de esos grupos es el
Mujahedin-e Khaiq (MEK), el mismo que durante años llevó a cabo atentados
terroristas en Irán con el apoyo de Saddam Hussein, el mismo que fue
incluido en la lista negra del Departamento de Estado en 1997 y desarmado en
el 2003 luego de la invasión y ocupación de Irak. En el 2004, la CIA
recomendó rearmar al MEK para que siguiera operando en territorio iraní (Il
Giornale, 2-10-06). La recomendación fue aceptada por el entonces jefe del
Pentágono Donald Rumsfeld y bajo la dirección del vice Dick Cheney el MEK
fue rápidamente empleado en operaciones especiales en Irán. "Hacen lo que
quieren, nadie los controla", dijo uno de los agentes norteamericanos que
manejan al grupo (www.rawstory.com, 13-4-06). Es confesión de parte.

El Partido por una Vida Libre en Kurdistán (PJAK) es otra organización que
incursiona en Irán: según un consultor del Pentágono, es "entrenado y
equipado por Israel" y los servicios de EE.UU. proporcionan "la lista de
blancos en territorio iraní que interesan a EE.UU." (The New Yorker, Seymour
Hersh, 27-11-06). La Brigada de Dios (Jundallah), con base en Pakistán, es
una organización terrorista sunnita "responsable de una serie de incursiones
devastadoras en Irán (que) ha sido alentada y asesorada secretamente por
agentes norteamericanos desde 2005", señala un informe especial de ABC News
(3-4-07). Jundallah cuenta con unos 700 efectivos que se ocupan de
secuestrar y asesinar a soldados y oficiales iraníes; en febrero pasado se
atribuyó el atentado que cobró la vida de 11 Guardianes de la Revolución que
pasaban en un autobús por la ciudad iraní de Zahedan. Su financiación es
canalizada por iraníes exiliados "que tienen conexiones con países europeos
y (árabes) del Golfo", según las fuentes consultadas por ABC News. No es
todo.

Efectivos de las fuerzas especiales de EE.UU. operan directamente en Irán.
Con la ayuda de esos grupos terroristas, recolectan inteligencia, plantan
sensores nucleares y dispositivos electrónicos para marcar los blancos
(www.globalresearch.ca, 23-3-07). "Pareciera que esto se está convirtiendo
en un operativo encubierto en gran escala", comentó un ex agente de la CIA,
y no es para menos: funcionarios estadounidenses e israelíes han establecido
compañías y empresas que sirven de fachada para administrar los fondos que
sostienen esta operación (UPI, 26-1-05). Es otro de los rubros no declarados
del ya enorme presupuesto de guerra de EE.UU.

La Casa Blanca decreta que hay terroristas malos y terroristas buenos y
sirviéndose de los últimos expande el mal que declara combatir. Su interés
en semejante empresa es explicable: engorda los pretextos para imponer su
dominación al mundo. EE.UU. es hoy un Estado que promueve el terrorismo. En aplicación de la "doctrina" Bush, ¿se invadirá a sí mismo alguna vez?

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